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Que la paz de Dios esté contigo", dice, con voz grave, "incluso en medio de los problemas". "¿Por qué habría de ser así?" Digo en voz baja, para que nadie más pueda oírme. "Después de todo lo que he hecho...". "No se trata de ti", dice. "Es un don. No puedes ganártelo o dejará de ser un regalo.