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No", dijo. "Relius tenía razón y yo estaba equivocado. Tú eres mi Reina. Aunque me cortes la cabeza de los hombros, con mi último aliento mientras una soga se aprieta, hasta el último latido de mi corazón si cuelgo de los muros del palacio, eres Mi Reina. Que te haya fallado no cambia mi amor por ti ni mi lealtad.