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Y es que no hay nada más difícil de creer que la verdad; a la inversa, nada seduce tanto como el poder de la mentira, cuanto mayor, mejor. Es natural, y habrá que encontrar el justo equilibrio. Dicho esto, permíteme añadir que esta anciana en particular no ha estado coleccionando sólo años; también ha coleccionado historias, y ninguna más triste y terrible que la que está a punto de contarte. Usted ha estado en el corazón de esta historia sin saberlo hasta hoy.