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Se te congelará la cara así, ¿sabes, Kat?", le dijo Raffin a Katsa en tono de ayuda. "Quizá debería reajustarte la cara, Raff", dijo Katsa. "Me gustarían unas orejas más pequeñas", ofreció Raffin. "Prince Raffin tiene unas orejas bonitas y hermosas", dijo Helda, sin levantar la vista de su labor de punto. "Al igual que sus hijos. Sus hijos no tendrán orejas, milady", dijo severamente a Katsa. Katsa la miró atónita. "Creo que es más bien que sus orejas no tendrán hijos -comenzó Raffin-, lo cual, convendrás conmigo, suena mucho menos-.