Mi decisión de no comer más animales fue primordial para mi crecimiento como persona espiritual. Me hizo consciente de la codicia y más sensible a la crueldad. Me hizo sentir que contribuía a mejorar el mundo y que estaba conectada con todo lo que me rodeaba. Sentí que formaba parte del todo al respetar a todos los seres vivos en lugar de utilizarlos y destruirlos viviendo inconscientemente. La curación viene del amor. Y amar a todos los seres vivos te ayuda a amarte a ti mismo.