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Vivir sin expectativas es duro pero, cuando puedes hacerlo, bueno. Vivir sin esperanza es más difícil, y eso es malo. Hay que tener esperanza, y no hay que eludirla. El amor, al fin y al cabo, todo lo espera. Pero tal vez debas aprender, y es un aprendizaje difícil, a no tener esperanza en voz alta, especialmente por otras personas. No debes dejar que tu esperanza se convierta en expectativa.