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  • Cuando se volteaban las piedras que yacían calientes al sol, quedaba al descubierto la tierra fría y húmeda que había debajo; y ahí era donde Masako había cavado profundamente. No había rastro de calor en esta tierra oscura, pero para un insecto acurrucado en ella, era un mundo tranquilo y familiar.

    FaceBook post by Natsuo Kirino from Apr 01, 2017