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  • Encendí la luz junto a mi cama, esperando a que mi respiración se ralentizara, con las venas llenas de adrenalina por el sueño realista. Un sueño nuevo, pero en esencia tan parecido a los muchos otros que me habían atormentado en los últimos meses. No, no era un sueño. Seguramente un recuerdo. Aún podía sentir el calor de los labios de Jared sobre los míos. Mis manos se extendieron sin mi permiso, buscando entre las sábanas arrugadas, buscando algo que no encontraban. Me dolió el corazón cuando se rindieron y cayeron sobre la cama, inertes y vacías.