Autores:
  • Puedes vivir toda una vida y, al final, saber más de los demás que de ti mismo. Aprendes a observar a los demás, pero nunca te observas a ti mismo porque luchas contra la soledad. Si lees un libro, o barajas una baraja de cartas, o cuidas de un perro, te estás evitando a ti mismo. Aborrecer la soledad es tan natural como querer vivir. Si fuera de otro modo, los hombres nunca se habrían molestado en hacer un alfabeto, ni en crear palabras a partir de lo que sólo eran sonidos de animales, ni en cruzar continentes, cada uno para ver cómo era el otro.

    Beryl Markham (2015). “West With The Night”, p.182, Hachette UK