-
Puedo oírlos en el piso de abajo. Me encontrarán en miuntes, o segundos. Garabateo las palabras en un trozo sucio de papel de periódico. Son casi ilegibles, pero si las encuentra, lo entenderá: "No lo bastante rápido. Te quiero Jamie. No te vayas a casa' No sólo rompo sus corazones, también les robo su refugio. Imagino nuestro pequeño cañón abandonado, como debe ser para siempre ahora. O si no abandonado, una tumba.