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Cuenta las almendras, Cuenta lo que fue amargo y te mantuvo despierto, Cuenta conmigo también: Busqué tu mirada cuando levantabas la vista y nadie te veía, Hilé ese hilo secreto Donde el rocío que meditabas Se deslizaba hasta los cántaros Atendido por una palabra que no llegaba al corazón de nadie. Allí entraste de lleno en el nombre que es el tuyo, caminaste hacia ti con pies firmes, los martillos se balancearon libres en el campanario de tu silencio, las cosas escuchadas te llegaron, lo que está muerto también te rodeó con su brazo, y los tres caminasteis a través de la tarde. Amargadme. Numérame entre las almendras