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Mi despacho está destrozado", refunfuñó mientras se aplastaba sobre la moqueta húmeda y cogía el café que le tendía. "¿Por qué sonríes? Mis peces están muertos.
Mi despacho está destrozado", refunfuñó mientras se aplastaba sobre la moqueta húmeda y cogía el café que le tendía. "¿Por qué sonríes? Mis peces están muertos.