O te desmayaste o querías ver más de cerca las grietas de la baldosa. De cualquier manera, golpeaste fuerte". "¿En serio?" Asintió. "Quizá no deberías haber intentado enrollarte con él", sugirió. ¿Cómo lo sabía? "Le estaba dando un beso de despedida". Resopló e intercambió miradas con la enfermera. "A mí no me pareció eso". Probablemente no. Pero, ¿qué había pasado? ¿Podría Reyes Farrow tomar el control sobre mí incluso desde un maldito coma? Estaba condenado.