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Una mujer podía hacerte eso: llegar a ese lugar de tu alma donde se guardaba lo mejor y lo peor de ti. Y una vez allí, se adueñaba de ese lugar y nunca lo abandonaba.
Una mujer podía hacerte eso: llegar a ese lugar de tu alma donde se guardaba lo mejor y lo peor de ti. Y una vez allí, se adueñaba de ese lugar y nunca lo abandonaba.