-
Aunque en ese momento se sintió maltratada, abandonada y avergonzada de sí misma, Madeleine sabía que aún era joven, que tenía toda la vida por delante -una vida en la que, si perseveraba, podría hacer algo especial- y que parte de perseverar significaba superar momentos como ése, cuando la gente te hacía sentir pequeña, no querible y te quitaba la confianza en ti misma.