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Te echo de menos, Emma". No estoy seguro, pero parece que se le llenan los ojos de lágrimas. "Estuve bien durante meses sin ti", dice, las palabras en voz baja y desolada. "¿Por qué me duele ahora?" Suspiro y me paso una mano por el pelo, lo cual sé por experiencia que deja mechones que salen en numerosas direcciones, desafiantes y con aspecto de locos. Quizá me sienta exactamente como una loca. "Porque ahora tenemos la esperanza de algo más.