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En el mejor de los casos, la fantasía recompensa al lector con una sensación de asombro sobre lo que se esconde en el corazón del mundo cotidiano. Las mejores historias se cuentan una y otra vez, de muchas maneras, a lo largo de los siglos. La fantasía cambia con los tiempos y, sin embargo, sigue siendo el tipo de cuento más antiguo del mundo, porque empezó hace mucho tiempo y aún no hemos oído su final.