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Considerarnos simplemente enemigos es perder el verdadero sabor de nuestra relación. Era más bien como si los dos nos hubiéramos asociado para perseguir con más eficacia nuestro interés mutuo de odiarnos.
Considerarnos simplemente enemigos es perder el verdadero sabor de nuestra relación. Era más bien como si los dos nos hubiéramos asociado para perseguir con más eficacia nuestro interés mutuo de odiarnos.