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Recuerda con el corazón. Vuelve, vuelve y vuelve. Los cielos de este mundo siempre estuvieron destinados a tener dragones. Cuando no están aquí, los humanos los echan de menos. Algunos nunca piensan en ellos, por supuesto. Pero algunos niños, desde que son pequeños, miran al cielo azul del verano y esperan algo que nunca llega. Porque lo saben. Algo que debía estar allí se desvaneció y desapareció. Algo que debemos traer de vuelta, tú y yo.