Autores:
  • Escribir es derramar apasionadamente lo más íntimo de uno mismo sobre el tentador papel, a una velocidad tan frenética que a veces la mano lucha y se rebela, desbordada por el impaciente dios que la guía... y encontrar, al día siguiente, en lugar de la rama dorada que floreció milagrosamente en aquella hora deslumbrante, una zarza marchita y una flor atrofiada.