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Así que, en general, no había nada realmente malo en mi vida. Salvo que, como la de casi todo el mundo que conocía, tenía un gran agujero, un enorme vacío, y no sabía cómo llenarlo ni qué debía haber allí.
Así que, en general, no había nada realmente malo en mi vida. Salvo que, como la de casi todo el mundo que conocía, tenía un gran agujero, un enorme vacío, y no sabía cómo llenarlo ni qué debía haber allí.