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Otros pueden cuestionar tus credenciales, tus documentos, tus títulos. Otros pueden buscar todo tipo de formas de disminuir tu valor. Pero lo que hay dentro de ti nadie te lo puede quitar ni empañar. Ese es tu valor, lo que realmente eres, tu título que puede ir contigo dondequiera que vayas, que traes contigo en el momento en que entras en una habitación, que no puede ser manipulado ni sacudido. Sin ese sentido de uno mismo, ningún papel, ningún pedigrí ni ninguna credencial pueden hacerte legítimo. Pase lo que pase, primero tienes que sentirte legítimo por dentro.