Autores:
  • Rara vez podemos prepararnos en prados o paseos de grava; lo hacemos con poca antelación en lugares sin ventanas, pasillos de hospital, salas como este salón con su sofá de plástico agrietado y sus ceniceros de Cinzano, donde las cortinas de café cubren el hormigón en blanco. En salas como ésta, con tan poco tiempo, preparamos nuestros gestos, nos los aprendemos de memoria para poder hacerlos cuando estemos asustados ante el Destino.

    Thomas Harris (2009). “The Silence of the Lambs”, p.159, Macmillan