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Sabes, vivo un estilo de vida monástico. No, así es. Vivo en los extremos, básicamente. Voy y vengo. Una vez cada seis meses, tendré un día en el que comeré más chocolate del que jamás haya consumido un ser humano.
Sabes, vivo un estilo de vida monástico. No, así es. Vivo en los extremos, básicamente. Voy y vengo. Una vez cada seis meses, tendré un día en el que comeré más chocolate del que jamás haya consumido un ser humano.