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Y los hombres no se encariñan, no se entregan por completo y mienten. Por eso hay que tratarlos con mucho recelo, no confiar en ellos y mantenerlos a distancia siempre que sea posible.
Y los hombres no se encariñan, no se entregan por completo y mienten. Por eso hay que tratarlos con mucho recelo, no confiar en ellos y mantenerlos a distancia siempre que sea posible.