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Creo que es parte del crecimiento, aprender a controlar nuestro sufrimiento. Creo que cuando crecemos y nos damos cuenta de que la felicidad es rara y pasa rápidamente, nos desilusionamos y nos sentimos heridos. Y lo mucho que sufrimos es una señal de lo mucho que nos ha dolido darnos cuenta de ello. El sufrimiento es un tipo de ira. Nos enfurecemos contra la injusticia de nuestra triste y lamentable suerte.