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Estando casi todos los cristianos desgraciadamente esclavizados a la ceguera y a la ignorancia, que los sacerdotes están tan lejos de prevenir o quitar, que ennegrecen las tinieblas y promueven el engaño: previendo sabiamente que el pueblo (como las vacas, que nunca dan su leche tan bien como cuando se las acaricia suavemente), se separaría menos si supiera más.