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Dar por sentadas las bendiciones de uno es un daño para el alma, y con el tiempo uno las perderá, simplemente por falta de cuidado. Uno nunca debe cansarse de nutrir y atesorar todo lo que es hermoso.
Dar por sentadas las bendiciones de uno es un daño para el alma, y con el tiempo uno las perderá, simplemente por falta de cuidado. Uno nunca debe cansarse de nutrir y atesorar todo lo que es hermoso.