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No vas a ir", le dijo en cuanto terminó. "Si tengo que atarte y sentarme sobre ti hasta que se te pase este loco capricho tuyo, no irás a Idris". Clary sintió como si la hubiera abofeteado. Ella había pensado que él estaría contento. Había corrido desde el hospital hasta el Instituto para decírselo, y allí estaba él, de pie en la entrada, mirándola con una expresión de muerte sombría. "Pero te vas.