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Sin pensarlo, agarro el brazo de Al y lo aprieto todo lo que puedo. Necesito algo a lo que agarrarme. La sangre corre por el costado de la cara de Christina y salpica el suelo junto a su mejilla. Es la primera vez que rezo para que alguien caiga inconsciente.... Al libera su mano y me atrae con fuerza a su lado. Aprieto los dientes para no gritar.