Autores:
  • Deja de mecer la jaula. "Oh, vamos, Callie. No será divertido si no la balanceamos. De hecho, cuanto más la mezcamos, mejor nos sentiremos". Su voz baja a un profundo susurro. "Podemos hacerlo despacio o muy, muy rápido"... "¿Tengo tu permiso para rockear y darte el paseo de tu vida?" ¿Por qué tengo la sensación de que me está diciendo guarradas en secreto? "Sí, adelante, dale duro", digo sin pensar, y luego me muerdo el labio cuando la parte sucia de mi cerebro se pone al día conmigo. Sinceramente, ni siquiera sabía que existía esa parte.