-
Una monja que conozco me contó una vez que no dejaba de rogar a Dios que le quitara sus defectos de carácter. Después de años de esta oración, Dios finalmente le respondió: No voy a quitarte nada, tienes que dármelo a Mí.
Una monja que conozco me contó una vez que no dejaba de rogar a Dios que le quitara sus defectos de carácter. Después de años de esta oración, Dios finalmente le respondió: No voy a quitarte nada, tienes que dármelo a Mí.