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Pero las perlas son para llorar, dice la vieja leyenda", había objetado Gilbert. "Eso no me da miedo. Y las lágrimas pueden ser tanto alegres como tristes. Mis momentos más felices han sido cuando tenía lágrimas en los ojos: cuando Marilla me dijo que podía quedarme en Tejas Verdes; cuando Matthew me regaló el primer vestido bonito que tuve; cuando me enteré de que te ibas a recuperar de la fiebre. Así que dame perlas para nuestro anillo de trofeo, Gilbert, y aceptaré de buen grado la pena de la vida con su alegría." -Anne