Chicos, chicas, escuchad esto: Nadie quiere quitarles sus rifles de caza. Nadie quiere quitarles sus escopetas. Nadie quiere quitarles sus revólveres, y nadie quiere quitarles sus pistolas automáticas, siempre que dichas pistolas no tengan más de diez cartuchos. Si no puedes matar a un invasor de tu casa (o a tu mujer, levantada en mitad de la noche para coger un bocadillo de la nevera) con diez disparos, tienes que volver al campo de tiro local.