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Nunca voy a esperar esos veinte minutos extra para devolverte el mensaje, y nunca voy a jugar duro para conseguirlo cuando sé que tu vida ya ha sido lo suficientemente dura. Cuando todos sabemos que la vida de todo el mundo ya ha sido lo suficientemente dura es difícil ver el juego que hacemos del amor, como si todo el mundo estuviera jugando a las damas con sus cicatrices, diciendo jaque mate cada vez que salen sin el corazón roto. Que quede claro que no quiero salir sin el corazón roto. Pretendo dejar esta vida tan destrozada que tendrá que haber mil cielos separados para todas mis partes voladoras.