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Quería librarme de él", dice. Me levanta la barbilla con el pulgar. "Pero no si eso significaba librarme de ti. Me subí a tu lado y pusiste la cabeza en mi regazo. No puedes pensar que te habría dejado así". "Mira lo que conseguiste", digo. "Té en la cama y tú aquí delante de mí", dice. "Fue una decisión terrible, y confieso que la volvería a tomar.