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La gente siempre dice que no renuncié a mi escaño porque estaba cansada, pero eso no es cierto. No, lo único cansado que estaba, era cansado de ceder.
La gente siempre dice que no renuncié a mi escaño porque estaba cansada, pero eso no es cierto. No, lo único cansado que estaba, era cansado de ceder.