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  • Uno de los problemas de las personas es que, en cuanto llenan un espacio, son ellas las que se ven y no el espacio. Los paisajes grandes y desolados dejan de serlo cuando hay gente en ellos. Definen lo que el ojo ve. Y el ojo humano casi siempre se dirige a otros humanos. Se crea así la ilusión de que los humanos son más importantes que las cosas de la tierra que no son humanas. Es una ilusión enfermiza.