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Mi existencia no fue al azar, ni tampoco un accidente. Dios sabía a quién estaba creando, y me diseñó para una obra específica. [Efesios 2:10]
Mi existencia no fue al azar, ni tampoco un accidente. Dios sabía a quién estaba creando, y me diseñó para una obra específica. [Efesios 2:10]