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  • Las personas tibias no viven de la fe; sus vidas están estructuradas para no tener que hacerlo nunca. No tienen que confiar en Dios si ocurre algo inesperado: tienen su cuenta de ahorros. No necesitan que Dios les ayude, ya tienen su plan de jubilación. No buscan genuinamente la vida que Dios quiere que vivan- tienen la vida planeada y trazada. No dependen de Dios diariamente - sus refrigeradores están llenos y, en su mayoría, gozan de buena salud. La verdad es que sus vidas no serían muy diferentes si de repente dejaran de creer en Dios.

    Francis Chan, Preston Sprinkle (2014). “The Francis Chan Collection: Crazy Love, Forgotten God, Erasing Hell, and Multiply”, p.43, David C Cook