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  • Nunca lo había imaginado así: cuando pensaba en alguien (una mujer como ella) que perdía la cabeza, imaginaba gritos y lamentos, alucinaciones; pero en aquel momento le había parecido claro que había otra forma, mucho más tranquila; una forma entumecida y desesperanzada, plana, tanto que una emoción tan fuerte como la tristeza habría sido un alivio.