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Tomo tu mano, hermano, para que te vayas en paz. Will había abierto sus ojos azules que nunca perdieron el color con el paso de los años, y miró a Jem y luego a Tessa, y sonrió, y murió, con la cabeza de Tessa en su hombro y su mano en la de Jem.
Tomo tu mano, hermano, para que te vayas en paz. Will había abierto sus ojos azules que nunca perdieron el color con el paso de los años, y miró a Jem y luego a Tessa, y sonrió, y murió, con la cabeza de Tessa en su hombro y su mano en la de Jem.