¿Quién no está loco alguna vez? ¿Quién no ha conducido alrededor de una manzana esperando que salga una persona determinada; quién no ha rondado por una cafetería determinada, o ha mirado obsesivamente una vieja foto; quién no se ha afanado en cada palabra de una carta, ha tardado cuatro horas en escribir un correo electrónico de dos frases, ha mirado el teléfono rezando para que suene; quién no se queda despierto por la noche enfermo con la imagen de que se acuesta con otra persona?