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Tu vida es pródiga, plena y completa. O eso crees, hasta que llega alguien y te hace darte cuenta de lo que te has estado perdiendo todo este tiempo. Como un espejo que refleja lo ausente en lugar de lo presente, te muestra el vacío de tu alma, el vacío que te has resistido a ver. Esa persona puede ser un amante, un amigo o un maestro espiritual. A veces puede ser un hijo al que cuidar. Lo que importa es encontrar el alma que completará la tuya. Todos los profetas han dado el mismo consejo: Encuentra a quien será tu espejo".