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  • Clavó los talones en los ijares de su caballo y aceleró por el sendero. Oyó a los demás gritar detrás de él, pero los ignoró. Estaba seguro de que Karl, Johan y los demás habrían registrado el rosal y toda aquella zona con suficiente detenimiento; allí no había nada que aprender. Pero quería llegar al pabellón de caza, encontrar a Prince Grigori y darle un puñetazo en la nariz por haber perdido a Petunia, y luego asegurarse de que sus hermanas estaban bien. Y entonces ella encontraría a Petunia, y él la llevaría a casa.