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Pero Hale no le siguió. Durante un segundo se quedó mirando su imperio. Era como si estuviera perdido en un sueño cuando dijo: "Así que tu padre entró en la oficina de patentes". "Sí", le dijo Kat. "¿Cuántas cabras le voy a deber por eso?". "Más de las que tienes, grandullón. Mucho más de lo que tienes.