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  • Ronan se limitó a invertir una mirada con todo el desprecio que pudo reunir. Una señora se acercó a Noah para acariciar cariñosamente la cabeza de Matthew antes de continuar por el pasillo. No parecía importarle que tuviera quince años, lo cual estaba bien, porque a él tampoco le importaba. Tanto Ronan como Declan observaron esta interacción con la expresión complacida de unos padres que ven trabajar a su prodigio.