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Se recogió el pelo rubio con una tira de tela vaquera arrancada de la pernera del pantalón y, a la luz ardiente del río, sus ojos grises parpadearon. A pesar de estar maltrecha, llena de hollín y vestida como una vagabunda, a Percy le parecía estupenda. ¿Y qué si estaban en el Tártaro? ¿Y qué si tenían pocas posibilidades de sobrevivir? Estaba tan contento de que estuvieran juntos que sintió el ridículo impulso de sonreír.