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Ya que no hay remedio, vamos, besémonos y separémonos; no, ya lo he hecho, ya no tendrás más de mí, y me alegro, sí, me alegro con todo mi corazón de que así tan limpiamente yo mismo pueda liberarme; darnos la mano para siempre, cancelar todos nuestros votos, y cuando nos volvamos a encontrar en cualquier momento, que no se vea en ninguno de nuestros frentes que conservamos ni una pizca de nuestro antiguo amor.