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  • Querido Señor, se me ha pedido, es más, ordenado, que te dé las gracias por el pavo de Navidad que tenemos ante nosotros... un pavo que sin duda era un ave vivaz e inteligente... un ser social... capaz de sentir verdadero afecto... de acariciar a sus crías con una compasión casi humana. En fin, está muerto y nos lo vamos a comer. Por favor, denle nuestros respetos a su familia.